Chile ha sido el pionero y el paradigma de la nueva orientación de la política económica que ha cambiado radicalmente el panorama de los países iberoamericanos. Tras haber mantenido una tasa media anual de crecimiento de un seis por cien en la última década, y dentro de los condicionantes marcados por su tamaño relativamente pequeño, la economía chilena continúa ofreciendo perspectivas de negocio cara al futuro.