Cuatro firmas de relieve colaboran en este número de POLÍTICA EXTERIOR: Arthur Schlesinger y Joseph Nye entre los extranjeros, Marcelino Oreja y Miguel Herrero entre los españoles. Dos grandes asuntos europeos –la elección rusa y la vinculación británica a la Comunidad– se incluyen entre las páginas de mayor interés. Boris Yeltsin parece recuperar terreno frente a su rival neocomunista, Guennadi Ziuganov. En el extremo oeste de Europa, no parece imaginable que Gran Bretaña pueda considerar seriamente su separación de la UE.
Una revista como POLÍTICA EXTERIOR debe incluir tres clases de textos: de un lado, estudios sobre problemas de actualidad, centrados en nuestro caso en las relaciones internacionales. De otro lado, informaciones, documentos y textos de referencia. Pero es necesario publicar también –último y quizá más importante– estudios teóricos sobre los procesos de fondo que transforman la realidad. En este número incluimos dos de estos trabajos: por un lado, el artículo pedido a Miguel Herrero de Miñón sobre el concepto de nación y su anclaje en la España actual. Por otro, el estudio de Joseph S. Nye y William A. Owens sobre los cambios que las nuevas redes electrónicas empiezan a introducir en la sociedad occidental.
Miguel Herrero escribe sobre la España de 1996 en la que el socialismo es relevado del poder por una alianza entre el centroderecha y los nacionalismos catalán y vasco. Nuestro autor aborda un problema no resuelto: el vínculo permanente que ha de mantener, dentro del mismo marco estatal español, a dos nacionalidades históricas, con características y orígenes distintos a las demás regiones españolas. Se trata de un trabajo incitador y profundo, completado por un buen estudio técnico de Luis Alcaide sobre las excepciones fiscales de Navarra y el País Vasco, y su difícil encaje en la normativa comunitaria.
En Italia, la Liga Norte –59…