Todos los asuntos tratados en este número afectan de modo directo a España: Bosnia, Rusia, Oriente Próximo, Magreb, ampliación de la Comunidad Europea, lucha contra el paro… En otros números hemos abordado problemas mundiales en los que España –potencia media a escala europea– carecía de posibilidades de influir: China, Irán, choque de religiones en la India, apartheid surafricano…
En estas páginas se estudian problemas llamados a condicionar de modo inmediato la acción exterior de España y su economía, cuando las elecciones del (5 de junio ponen fin a la etapa de mayorías absolutas. La nueva realidad aparece condicionada por el equilibrio entre dos grandes partidos, PSOE y PP, la influencia creciente de los nacionalismos catalán y vasco, y la división explícita del socialismo, hecho este de final incierto y magnitud innegable.
Nuestro colaborador William Pfaff nos envía un artículo patético sobre la incapacidad de la CE para poner orden en Europa, imponer el respeto a los derechos individuales y atajar la guerra. Este norteamericano de nación, arraigado en París, ha descrito en su último libro, Barbarían sentiments, el renacer de los peores impulsos individuales, agravados en el teatro balcánico al adquirir dimensión colectiva. Es un ensayo breve y melancólico que recomendamos a nuestros lectores. El texto de Jochen Thies completa al anterior al describir las urgencias y precipitaciones de la política exterior alemana, empujada por el viento de 1989. El doctor Thies acaba de dejar la dirección de la revista Europa Archiv para dirigir en Berlín las páginas internacionales del diario Die Welt.
La cuestión del paro acabó con la república de Weimar y provocó la ascensión al poder del nacionalsocialismo alemán. No estamos sólo ante un problema económico, sino ante un asunto que condiciona la estabilidad social, la dignidad de cada ciudadano y el futuro del sistema democrático compartido…