Tres asuntos centran en este número la atención de la revista: la situación de la Comunidad Europea tras los referendos de Dinamarca e Irlanda; la guerra civil en la antigua Yugoslavia, y la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo en Río de Janeiro.
La conferencia de Río se ha clausurado cuando este número entra en la imprenta. En nuestra edición de Otoño (septiembre 1992) ofreceremos un balance de la cumbre. Hemos creído necesario incluir en este número dos documentos útiles: el resumen de la propuesta española y el llamamiento de un centenar de personalidades, entre ellos 52 Premios Nobel, conocido como “Manifiesto de Heidelberg”. En nuestro próximo número editaremos un resumen de las posiciones que verdaderamente han marcado la conferencia, con artículos de algunos de sus protagonistas y un análisis de los tratados y acuerdos firmados sobre cambios climáticos, biodiversidad, desarrollo de futuros programas (conocido como Agenda 21) y defensa de los bosques.
La conferencia de Río ha sido, a pesar de todas las banalidades difundidas, un acontecimiento de primera magnitud: la reunión marca un giro de las democracias industriales, finalmente alarmadas por los informes sobre el deterioro de la biosfera. Pero también hay un cambio en las grandes naciones del Tercer Mundo –China, India, Brasil, México, Indonesia, Egipto– cuyos gobiernos comparten el diagnóstico mientras abren un difícil debate con las naciones desarrolladas. Esos seis países han mantenido con Estados Unidos, la Comunidad Europea y Japón negociaciones mucho más precisas y avanzadas de lo que se dice en los titulares de prensa y los telediarios. La alarma ecológica ha prendido en la conciencia mundial. La defensa del medio y la búsqueda de un equilibrio sostenible es hoy un problema de los gobiernos, no un motivo de la propaganda ecologista. Pensamos que España, una de las más…