POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 7

Carta a los lectores

Editorial
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El primer número monográfico editado por nuestra revista aborda una incógnita de la que depende el futuro europeo: la cuestión alemana. Las palabras que oímos pronunciar a Jacques Rueff son certeras también hoy, a los diez años de su muerte. El debate de la Ostpolitik acababa de pasar sobre Europa, con su secuela de incertidumbres. “Si Alemania se inclina hacia el neutralismo –dijo Rueff–, el proyecto europeo entrará en barrena. Si, por el contrario, Bonn y París mantienen su decisión con el valor necesario, los cimientos de la unidad habrán fraguado antes de que acabe el siglo.” Las palabras del gran economista mantienen hoy toda su vigencia. Francia, Italia, España y el Benelux han diseñado las bases de su política nacional y exterior en torno al futuro Mercado Unido europeo. El Reino Unido, con su vieja sabiduría diplomática, se mantiene lealmente integrado entre los Doce, aunque mantenga las reservas expresadas hace ya cuarenta años: si Inglaterra hubiera de optar un día entre una Europa llena de dudas y el mar abierto, optaría por el mar abierto. Las dos grandes naciones anglosajonas observan a uno y otro lado del Atlántico la construcción europea: con todos los matices y oscilaciones que recoge la Historia en su letra pequeña, Estados Unidos ha apostado, desde el Plan Marshall hasta nuestros días, por una Europa fuerte y unida. Pero el mundo anglosajón guarda sus cartas de reserva. Los otros socios de la Comunidad (franceses, italianos, españoles, holandeses, belgas…) carecerían hoy de verdaderas opciones alternativas ante un giro histórico de Alemania. Es, creemos, la gran cuestión por decidir en estos años.

Las voces más optimistas sostienen que un giro alemán es impensable a estas alturas. Quienes conocen a fondo la realidad no lo creen así. Alemania ha sentido, desde Federico el Grande, el vértigo del Este:…

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