La revista llega al número 40 sin especial solemnidad. Durar es un modo de progresar. Muchos sostuvieron que no habría espacio en España para una publicación como POLÍTICA EXTERIOR: nuestra revista ha logrado, por ahora, demostrar lo infundado de ese cálculo. En una sociedad en la que amplios sectores viven más o menos atentos a la banalidad audiovisual, y en la que crece y se extiende la vulgaridad de tantas publicaciones periódicas, POLÍTICA EXTERIOR ha logrado abrirse un espacio propio en una respetable minoría. Número tras número ha subido el número de suscriptores en cifras constantes y la revista se distribuye en la actualidad en seiscientos puntos de venta. Nuestra difusión fuera de España es todavía modesta, porque la venta en países lejanos es problemática y cara. El apoyo y las iniciativas de los lectores es determinante para nuestro trabajo. Muchos cambios en el diseño y contenido de la publicación –desde la faja roja hasta la nueva sección de resultados electorales– han venido de ellos. Ese contacto entre redactores y lectores es del todo necesario en una publicación como la nuestra.

Hemos destacado en este número el estudio sobre África negra del profesor Ferrán Iniesta. Creemos que éste sigue siendo un gran asunto emergente en 1994: un terrible problema en el que los europeos nos veremos envueltos antes o después, de grado o por fuerza. La delegación de la Cruz Roja ha anticipado la cifra de un millón de muertos en la infortunada Ruanda. Ahora se sabe ya que la gran parte de las víctimas pertenece a la minoritaria etnia tutsi, caídas en matanzas perpetradas por los hutus, mayoritarios en Ruanda y en Burundi. La comunidad internacional sigue sin hallar soluciones mientras desciende el crédito de las Naciones Unidas y se alzan dudas sobre el significado de la intervención de…