China (28%) y Estados Unidos (12%) son los responsables del 40% de las emisiones. De ambas potencias dependerá en gran medida el éxito –o fracaso– del esfuerzo global. La recuperación del multilateralismo marcará la diferencia. Joe Biden ha prometido que EEUU volverá al pacto de París el primer día de su presidencia y que convocará una cumbre climática de las grandes economías mundiales en sus primeros 100 días en la Casa Blanca.
Los programas de reactivación, por su parte, dirigirán millones de dólares a infraestructuras verdes que contribuyan a alcanzar la neutralidad carbónica (emisiones netas 0) hacia mediados de siglo, objetivo que han fijado ya Washington, Bruselas, Londres, Pekín, Tokio y Seúl, responsables del 63% de las emisiones.
Desde 2015, la venta de vehículos eléctricos se ha cuadruplicado, de 572.000 a 2,3 millones en 2020, según la Agencia Internacional de la Energía. La demanda global de carbón cae sostenidamente desde 2013. A ese ritmo, en 2025 las renovables superarán al carbón como principal fuente de energía eléctrica, un hito histórico. Desde 2010, el precio de la energía solar ha caído un 80%, la eólica un 60% y la de baterías un 85%. Aun así, para cumplir con París, EEUU deberá cerrar las 200 plantas de carbón que le quedan hacia 2030, cuando la mitad de los nuevos coches que se vendan deberán ser eléctricos.
Un 70-80% de las emisiones proviene de cuatro sectores de unos 20 países: plantas eléctricas, transporte, construcción y manufacturas. En EEUU los edificios emiten el 30% del CO2, por lo que regular las normas de su aislamiento reduciría sus emisiones hasta en un 80% creando, de paso, millones de empleos cualificados. Este año, por primera vez, las importaciones de Beaujolais Nouveau, uno de los vinos predilectos de los japoneses, llegaron desde Francia a Shanghai en tren;…