A principios de 2008 el precio del petróleo (referencia West Texas) superó los 120 dólares por barril, pero tras el colapso de la economía mundial, se hundió por debajo de los 50 dólares, lo que puso contra las cuerdas a Abu Dabi y otros gigantes petroleros. En esta ocasión, la caída es mucho más grave y el petróleo ya cotiza por debajo de los 20 dólares. Estos precios son insoportables para todos los países productores, que ya están contra las cuerdas.
En la región petrolífera de Oriente Próximo, el petróleo no es un complemento para su economía, sino la economía en sí misma. El crudo a estos precios no es rentable ni siquiera para Arabia Saudí, el país del mundo con las reservas de crudo de más barata extracción, en torno a 30 dólares el barril. Sin embargo, el verdadero problema es que las ganancias del petróleo son claves para mantener los bienes y servicios públicos.
«La transición ecológica, la crisis económica y el ‘fracking’ han dado un golpe definitivo al mercado petrolero. Los países exportadores han perdido el control sobre el crudo»
Sin la financiación del oro negro los grandes productores de petróleo no tienen capacidad…