Autor: Xavier Colás
Editorial: La esfera de los libros
Fecha: 2024
Páginas: 358
Lugar: Madrid

Cabaré en un país de alucinados

Xavier Colás, un periodista que escribe sin miedo, describe en este libro cómo Rusia es ese país alucinante transformado en un cabaré por un líder alucinado que quiere ser Pedro el Grande.
Ana Alonso
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El putinismo marca un antes y un después en la Federación Rusa. Con la invasión rusa de Ucrania se pone en evidencia cómo Rusia es ese país alucinante transformado en un cabaré por un líder alucinado. Así se refleja en Putinistán.

Sostiene su autor, Xavier Colás (Madrid, 1977), que un periodista ha de escribir sin miedo sobre el gobierno y con cuidado sobre la gente. Es lo que hacía en su quehacer diario en Rusia como corresponsal de varios medios españoles hasta que el Kremlin le denegó el visado en marzo. Y es lo que ha hecho en su primera obra sobre Un país alucinante en manos de un presidente alucinado.

El retrato que realiza Colás de la Federación Rusa es fruto de 12 años de dedicación a un país que ama profundamente. La deriva que describe el autor tiene como protagonista al líder ruso, Vladimir Vladimirovich Putin, el único que han conocido los rusos en el siglo XXI, y también a unos ciudadanos que, con su aquiescencia, salvo en casos heroicos, han dejado hacer a su líder.

Lo primero que sorprende de Putinistán es su cuidado estilo literario. No es un libro escrito deprisa y corriendo al albur de la actualidad. A Colás le gusta contar historias y lleva haciéndolo el tiempo suficiente como para cuidar tanto el fondo como la forma. Los anglosajones son maestros a la hora de entrelazar la narración histórica con el reportaje, y Colás está a la altura de los mejores. Putinistán es una delicia para quien se adentra en sus páginas.

Xavier Colás quiere saber por qué Putin invadió Ucrania en febrero de 2022 en una guerra que empezó en 2007 con el ataque cibernético a Estonia. La respuesta le lleva a desentrañar cómo es Rusia, cómo son los rusos y quién es ese líder que libra ahora la más crucial de sus batallas, una lucha contra el tiempo. La eternidad es esa aspiración que queda fuera de su alcance. Pero mientras siga en la tierra será el presidente eterno, quien ha dilapidado el futuro de Rusia por su obsesión con un pasado imperial que pretende reinventar a sangre y fuego.

Ucrania escenifica su deriva: buscaba recrear la Praga de 1968 pero fracasó. Ha chocado con los rusos que no acatan en silencio ese pacto táctico del putinismo: el poder no se inmiscuye en la vida de la gente a cambio de que la gente no moleste al poder. Putin creía que era su escudo contra cualquier primavera, no solo en la Federación Rusa, sino también en el espacio postsoviético.

Como los espías clásicos, Xavier Colás se acerca a Putin con una combinación de recursos, indaga en su biografía desde su nacimiento como superviviente en una pareja de supervivientes, y con amor por los detalles, como ese encuentro con Muamar Gadafi en su jaima en el Kremlin y el impacto que su muerte a la Mussolini le causa. En las primaveras árabes caen líderes brutales: es lo que quiere evitar a toda costa el líder ruso. No quiere ser Nicolás II, un perdedor, sino Pedro el Grande.

Putin lleva el KGB en su sangre y su paso por los servicios secretos marca su vida y el destino de Rusia. Platov, su alias en Dresde, no ha dejado nunca de ser Platov. Ha llevado a Rusia a convertirse en un cabaré, donde la escenificación es el mensaje. “Dejad vuestros problemas fuera”, dice el maestro de ceremonias. Y efectivamente en la película se ve cómo la dictadura va normalizándose. De la misma forma, los rusos, que han entendido la libertad como una cuestión meramente individual, han normalizado el putinismo sin darse cuenta de que se han convertido en sus rehenes. Y es Ucrania, país que Putin quiere convertir en un desecho, un Holo-Mordor, la que ha puesto en evidencia esta realidad.