POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 148

Birmania: el año de la apertura

International Crisis Group
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La transición que comenzó en Birmania en marzo de 2011 avanza desde dentro con reformas políticas y económicas y un difícil proceso de reconciliación entre los grupos étnicos. Los protagonistas del cambio necesitan el apoyo de Occidente y de los vecinos de Asia.

 

En un año de gobierno semicivil Birmania [Myanmar, según la denominación de la junta militar tras el golpe de 1988] ha aplicado un amplio abanico de reformas, en una transición de arriba hacia abajo emprendida tras cinco décadas de autoritarismo. En un discurso a la nación el pasado 1 de marzo, el presidente, Thein Sein, dejó claro que el objetivo es introducir una “auténtica democracia”.

 

Las elecciones parciales del 1 de abril han sido un hito político. La líder opositora Aung San Suu Kyi y su Liga Nacional para la Democracia (LND) regresaron a la escena política oficial con una contundente victoria. La LND se ha convertido en el principal partido de la oposición. Tal hecho no altera el equilibrio de poder, pues el porcentaje de escaños en juego era pequeño, pero tiene enorme importancia simbólica y puede imprimir un mayor dinamismo a la vida política.

 

La velocidad y trascendencia de las reformas han suscitado dudas sobre la sostenibilidad del proceso. En cualquier caso, la élite política ha consensuado que es necesario un cambio fundamental, lo que minimiza el riesgo de regresión. Las reformas no parecen haberse puesto en marcha a raíz de la presión internacional, sino de factores internos. Ahora que se están dando pasos largamente demandados por Occidente, corresponde a la comunidad internacional y a las instituciones multilaterales ayudar a garantizar que dichos pasos lleguen a buen puerto…

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