Bienvenido, Míster Mao
Nuevos actores han aterrizado en la cima de la economía mundial en las últimas décadas. Uno de los más importantes es China, consagrada como la segunda potencia económica del mundo y uno de los mayores exportadores e importadores. A partir de la crisis financiera global, que ha afectado profundamente a los países desarrollados, se ha creado un entorno de oportunidad que Pekín no ha dudado en aprovechar.
Tras la muerte de Mao en 1976, China empieza una política de reforma y apertura, sin abandonar el comunismo, que eleva al país a la altura de otras grandes economías mundiales. Xulio Ríos, director del Observatorio de la Política China en España y asesor de Casa Asia, nos explica en Bienvenido, Míster Mao cómo las empresas y las inversiones chinas se están expandiendo por el mundo. Siendo uno de los mayores expertos de China en España, conoce a la perfección cómo confluye la necesidad de financiación europea y española con la voluntad del gigante asiático de expandir su influencia económica y aumentar su presencia internacional.
China alberga un tercio de las reservas mundiales de dólares, cantidad valorada en unos cuatro billones de dólares. Paradójicamente, la liquidez del Estado comunista podría estar salvando la economía capitalista, como lo hizo el Plan Marshall con Europa tras la Segunda Guerra mundial. Aunque la mitad de sus reservas están invertidas en gobiernos occidentales con el fin de que puedan seguir manteniendo sus gastos, sus inversiones se encuentran en todas las regiones, desde África subsahariana hasta el Caribe, pasando por Europa y el Golfo Pérsico.
Al estar las divisas controladas por el gobierno, China se ha convertido en el principal banquero y empresario de la economía capitalista, un rol que siempre había criticado. Ahora trata de cambiar la imagen que el mundo tiene del comunismo, para aprovechar las ventajas económicas que ofrecen el capitalismo y la economía globalizada. Gracias a ello, unos 600 millones de chinos han salido de la pobreza en tres últimas décadas.
El gigante asiático en España
Xulio Ríos dedica un capítulo a la presencia de China en la economía española. Aunque aún es modesta, España es el cuarto país de Europa con más proyectos de inversión, y el noveno con mayor inversión procedente de China. Y no es menos destacable que alrededor de la quinta parte de la deuda pública española se encuentre en manos chinas. Algunas empresas asociadas a la Marca España pertenecen parcialmente a empresas chinas. Es el caso de Osborne, aunque también el de la sueca Volvo.
Como apunta Ríos, la inversión china habría dado un respiro a España durante la crisis. Las empresas públicas chinas o bajo control estatal están comprando empresas españolas en quiebra. La presencia del gigante asiático no resulta, de momento, alarmante, en palabras del autor.
En conclusión, Ríos advierte que en pocos años China podría establecerse como el gran inversor global. Ya es el tercer inversor extranjero del mundo, por detrás de Estados Unidos y Japón. El poderoso sector público permite un escenario propicio para las empresas chinas. El mundo desarrollado será el destino preferente de sus inversiones, destacando Europa, ávida de financiación.