Los grandes imperios digitales vieron cómo la semana pasada se esfumaba casi un billón de dólares de su capitalización bursátil. Ocurrió además en un momento clave: la presentación de sus cuentas de resultados trimestrales. Los números publicados se quedaron lejos de cumplir las expectativas de los analistas, lo que provocó un rápido repliegue de los inversores. Y no solo eso: las previsiones a futuro ya no muestran un camino de éxitos para el sector, sino que también están sufriendo el golpe de la delicada coyuntura económica.
Para poner estos números en perspectiva, es importante tener en cuenta que las empresas tecnológicas vienen de vivir unos años dorados gracias a la pandemia. El consumo de los hogares de productos electrónicos y el uso de internet se disparó durante los confinamientos, generando grandes beneficios para este sector. Por ejemplo, los fabricantes de equipos informáticos y de telefonía móvil absorbieron toda la producción…