El dinamismo de Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica acelera el desarrollo africano a través del comercio y las inversiones. Siete de las 10 economías de más rápido crecimiento del mundo están en África, convertido hoy en el centro de un nuevo Espacio Sur.
Es un tópico afirmar que la economía y la geopolítica mundiales están experimentando un cambio trascendental. La crisis financiera mundial, surgida y centrada en Occidente, y el rápido crecimiento de un grupo selecto de países en vías de desarrollo, especialmente los llamados BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica), son los dos ejes o dimensiones de este reequilibrio de la geografía mundial del poder. Mientras el “auge de China” ha preocupado a los responsables políticos occidentales durante las últimas décadas, un número cada vez mayor de países no occidentales está cuestionando el tradicional dominio de las “grandes potencias” en los campos de la economía, la cultura y la geopolítica. Las consecuencias de este cambio están siendo especialmente trascendentales para el desarrollo de África.
La escala del crecimiento chino es particularmente impresionante. Como explica Dambisa Moyo de manera ilustrativa, “en 2010, por ejemplo, el PIB de China había aumentado en casi cuatro billones de dólares respecto a 2000; eso significa que China ha creado, en la práctica, otras siete Indias (con el tamaño de 2001), casi tres Italias y más de dos Francias”, lo cual ha hecho que aumente drásticamente la demanda de materias primas en todo el mundo. Solo un ejemplo: China es ahora el mayor consumidor del mundo de cobre, ya que representa el 41 por cien de la demanda mundial, y es el principal socio comercial de África…