El 8 diciembre de 2013 se cumplió el quinto aniversario del lanzamiento de la operación Atalanta de lucha contra la piratería en aguas cercanas a las costas de Somalia en el marco de la Política Europea de Seguridad y Defensa (PESD). Pocos días después, el 13 de diciembre, la Fuerza Naval Europea (Eunavfor, en sus siglas en inglés) alcanzaría la plena capacidad operativa que le permitiría poner en práctica la misión encomendada.

La misión cuenta con un comandante de la operación –siempre británico– que tiene su cuartel general en Northwood (Reino Unido): es el denominado OHQ u Operation Headquarters. Del OHQ depende un comandante embarcado de la fuerza (Force Commander, FHQ) que ejerce su mando desde una de las unidades desplegadas y que cuenta con un Estado Mayor multinacional, también embarcado. El FHQ es el responsable de la planificación y ejecución de la misión a nivel táctico.

Los objetivos de la misión son: proteger los buques del Programa Mundial de Alimentos (PMA) que distribuyen ayuda humanitaria en Somalia; proteger los buques de aprovisionamiento de la misión de la Unión Africana para Somalia (Amisom); disuadir, prevenir y reprimir los actos de piratería; proteger las embarcaciones vulnerables que naveguen en la zona; y contribuir a la supervisión y vigilancia de las actividades de pesca en las aguas cercanas a las costas de Somalia.

La UE eligió, para bautizar su primera operación naval, Atalanta, el nombre de la heroína de la mitología griega, consagrada a Artemisa, reconocida por sus innatas habilidades para la caza. Se trataba efectivamente de cazar, pero esta vez no de cazar centauros o jabalíes, sino piratas. Y cazarlos en unas de las aguas más peligrosas del planeta.

La puesta en marcha de la operación Eunavfor-Atalanta fue el resultado de un proceso –no largo, pero sí complejo– en el que…