Los partidos políticos de Argentina han reclutado durante 1997 personalidades famosas para intentar aumentar el apoyo popular. Cantantes, actores, deportistas se han unido al proceso político, diluyendo la esencia política. Hueca retórica, en lugar de argumentos, reality-shows en sustitución de discursos coherentes… tales son las consecuencias de convertir la política en un ejercicio de trivialidad.