Si el precio del petróleo se mantiene en una media de 50 dólares, los ingresos de las exportaciones se reducirán a la mitad y los ingresos fiscales sufrirán una importante caída. El gobierno espera aumentar su producción de petróleo en un 20% de aquí a 2019, y empezar a explorar gas de esquisto. Pero ¿cómo financiará estos proyectos? Además de los problemas económicos, existe un movimiento de oposición a la extracción de gas no convencional en In Salah, sur del país y límite con Malí y Libia.
Desde la elección de Abdelaziz Buteflika como presidente en 1999, el futuro del régimen argelino nunca ha estado tan plagado de incertidumbres. Enfermo, el jefe de Estado ya casi no desempeña funciones que no sean protocolarias. Sus poderes han recaído en un conjunto de regentes oficiosos: colaboradores cercanos, como su consejero y hermano Said Buteflika, y miembros del gobierno como el primer ministro, Abdelmalek Sellal, y el viceministro de Defensa y jefe del Estado Mayor del Ejército, el general de los cuerpos del Ejército, Ahmed Gaid Salah. Nada indica que se haya encontrado una solución consensuada a la crisis de sucesión que sacude al régimen y que, en vísperas de las elecciones presidenciales de 2014, se manifestó como un conflicto silencioso, con la justicia y la prensa de por medio, entre dos grupos rivales, uno reacio y otro favorable a que Buteflika fuese candidato a un cuarto mandato.
Este inquietante panorama político se une a un panorama económico no menos preocupante. El año 2014 ha cerrado el círculo de una holgura financiera sin precedentes en la historia de Argelia, debida a unos excelentes precios del petróleo desde principios de la década de 2000. Los precios del crudo se han desplomado estos últimos meses y han perdido alrededor del 50% de su valor entre…