POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 152

Amarga victoria para Netanyahu

Julio de la Guardia
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El futuro inmediato de Israel pasa por la obligación de alcanzar una coalición amplia que recoja el heterogéneo voto de las recientes elecciones. Mientras el Partido Laborista sigue con su crisis de identidad, el ascenso de Yesh Atid muestra la demanda social de reformas.

Benjamín Netanyahu encabezó la lista más votada en las elecciones generales celebradas el 22 de enero y recibió el mandato del presidente para formar gobierno, lo que le permitirá convertirse en el primer ministro más longevo de la democracia israelí, solo superado por David ben Gurion. Netanyahu ha cumplido así los pronósticos de conducir los destinos de su país durante esta crucial etapa en la que deberá reducir un déficit público muy superior al esperado, negociar la eventual creación del Estado palestino, lidiar con las consecuencias de la guerra civil siria y sus posibles ramificaciones en Líbano, y hacer frente al programa nuclear iraní, que se sigue percibiendo como la principal amenaza a la seguridad israelí. Sin embargo, las elecciones han revelado una amenaza emergente en el universo político de Bibi (como se conoce popularmente a Netanyahu): el periodista Yair Lapid, candidato del segundo partido más votado,Yesh Atid, verdadero ganador de estos comicios y que comienza a situarse como potencial sucesor…

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