Al-Tanki: tras las huellas de una mujer iraquí
La autora iraquí Alia Mamdouh es una de las más prolíficas y peculiares escritoras en lengua árabe. Su obra tiende a la complejidad narrativa por la magnitud de las estructuras mentales y emocionales que quiere abarcar en sus historias y a través de sus personajes. Sus narradores principales suelen ser agresivos, retando al lector en cada momento, rompiendo tabúes e imaginarios culturales preestablecidos.
Publicada originalmente en árabe por la editorial Al Mutawassit en 2019, y traducida al español por Ignacio Gutiérrez de Terán, Al-Tanki: tras las huellas de una mujer iraquí es la novena novela y el undécimo trabajo de la autora. Como en su obra anterior, la complejidad narrativa llega a su máxima capacidad. En cambio, en la presente novela, menos compleja y agresiva, narrada en un tono que muestra cansancio y nostalgia, la agresividad que conocíamos en los narradores de Alia Mamdouh se desdibuja, dejando que los personajes cuenten sus pesares desarmados y vulnerables, amenazados por el olvido.
En la presentación de la novela, organizada por Casa Árabe en Madrid en junio de 2022, la autora insistió en que se trata de algo diferente a todo lo escrito anteriormente, por la forma en la que se acerca a lo que ella denomina la arquitectura narrativa del espacio. La palabra árabe, en dialecto iraquí, tanki, se refiere a una estructura cúbica de metal destinada al almacenaje de agua para su distribución en las casas. Los personajes recuerdan esa estructura gigante situada al final de la calle donde jugaban de pequeños. Esos niños son los intelectuales y artistas iraquíes que acabaron dispersados por el mundo, exiliados o perseguidos.
El tanki los vuelve a unir en esta novela, pero en esta ocasión, en búsqueda de Afaf, la pintora y amiga que desapareció sin que se supiera nada de ella. Por lo tanto, la novela se mueve desde el tanki de la calle donde esos niños se conocieron, al tanki que almacena los recuerdos de la destrucción y la persecución política, causas de la dispersión de los amigos y la pérdida de Afaf, para llegar al tanki de la novela, el relato tridimensional que contiene una historia abreviada del círculo artístico e intelectual iraquí y lo que le ha ocurrido en tantos años de tumultuosa historia político-militar.
Si bien esta es la arquitectura narrativa del espacio, ¿cuál es ese espacio? Y ¿dónde está? Como es habitual en la obra de Alia Mamdouh, no hay respuestas simples. En su encuentro con los estudiantes del Máster de Estudios Árabes Contemporáneos en la Universidad Autónoma de Barcelona, Mamdouh comentó que Afaf se perdió buscando la belleza: Afaf formó su identidad en la calle con sus amigos, se fue deambulando por las calles buscando lo bello hasta que ella misma desapareció. Por lo tanto, el espacio en esta novela no es un lugar físico, como en el caso de la ciudad y la calle del tanki, sino que es la ciudad y la calle tal y como las recuerdan los personajes de la novela; es un espacio que no existe, pero que se construye en el relato de cada uno de los personajes. La autora nombra este espacio “la belleza”, que, si desaparece, desaparecemos también los que en algún momento la hemos percibido, como ocurrió con Afaf. La desaparición de Afaf es la desaparición de Irak, tal y como lo conocen los amigos y la familia de Afaf. Arquitectos como Al Alusi, pintoras como Afaf, escultores como Yunis, escritores como Samim, entre otros, se inspiraron y pudieron percibir la belleza de Irak, una belleza que se desvanece a raíz de décadas de gobierno dictatorial, embargos económicos, invasiones militares, conflictos sectarios, hambre, destrucción y basura.
Así, Al-Tanki: tras las huellas de una mujer iraquí, con su estructura cúbica, cambia sus facetas y pasa de ser una novela sobre Afaf, a una novela sobre una generación y la trágica historia de un país.
En su muy valiosa introducción, el traductor Ignacio Gutiérrez de Terán reconoce la dificultad de leer esta novela e insiste aún más sobre la dificultad de traducirla. En efecto, el texto en árabe se teje por ironías con guiños culturales, expresiones y dejes del círculo artístico e intelectual iraquí que hacen de su traducción una tarea sumamente laboriosa y compleja. Aun así, la traducción de Gutiérrez de Terán cumple con las expectativas y demuestra su inabarcable dominio y conocimiento de la lengua árabe, así como del contexto donde transcurre la novela. Basta con ojear su larga trayectoria y sus artículos sobre Irak para darse cuenta de que es la persona más indicada para traducir al español una obra de esta magnitud.
Al-Tanki: tras las huellas de una mujer iraquí fue una de las finalistas del Premio Internacional de Narrativa Árabe (IPAF) en 2020. Autores árabes como Mohamad al Ashari y Asma Azaiza, entre otros, reconocen al texto una propuesta estética singular y compleja que requiere un lector aficionado a la escritura experimental para valorarla, pero a la vez no exige ninguna habilidad especial para apreciar el valor humanístico y la tristeza que implican escribir un texto como este.