La Iniciativa de la Franja y la Ruta fue calificada por el máximo mandatario chino, Xi Jinping, como “el proyecto del siglo”. Era 2017 y China realizaba inversiones faraónicas en infraestructuras de transporte y todo tipo de obra civil para desplegar su poder comercial y económico por Asia, Oriente Próximo, África y América Latina. Un lustro después, muchas de estas inversiones han resultado ser un agujero negro de dinero para China, incluyendo proyectos que no son rentables, prestatarios que no son solventes y varios casos de corrupción.
Así, el gobierno chino ha tenido que salir al rescate de una buena parte de estos créditos, actuando como prestamista de última instancia para evitar que sus socios no paguen, en muchas ocasiones a los propios bancos chinos que concedieron la financiación, alentados por las autoridades del país. Un estudio elaborado por investigadores de AidData, el Banco Mundial, la Escuela Kennedy de…