Las previsiones económicas ensombrecen el año nuevo. En 2022 el impulso de la salida de la pandemia fue suficiente para mantener un elevado dinamismo económico en todos los rincones del mundo a pesar del inicio de la crisis energética. Pero en 2023 este impulso desaparece en todos los países salvo en China, donde incluso genera más incertidumbre por la persistencia del virus. Sin este empuje adicional, los riesgos que se concentran en el horizonte inmediato aumentan las probabilidades de recesión en varias regiones del mundo.
Las previsiones de crecimiento para 2023 apuntan a una expansión muy modesta de la actividad. El consenso de analistas de Focus Economics anticipa un avance del 1,8%. Si se excluyen los años de la pandemia y de la crisis económica de 2008, será la menor tasa de crecimiento de la actividad global en casi tres décadas. Un balance muy pobre, consecuencia de la crisis energética…