Durante siglos, la religión católica estructuró profundamente la cultura y las instituciones de los países europeos de mayoría católica. Hoy esas sociedades son una sombra de lo que fueron debido a un proceso de secularización que ha dejado vacíos iglesias, conventos y seminarios, y que los sectores conservadores atribuyen a los efectos “corrosivos” de las innovaciones del Concilio Vaticano II, inaugurado por Juan XXIII hace 60 años, en octubre de 1962.
Andrea Riccardi, fundador de la Comunidad de Sant’Egidio, advierte en La Iglesia arde que, de continuar la tendencia, en 2031 en Francia se podría celebrar el último matrimonio eclesiástico, en 2044 el último bautizo y en 2048 desaparecer por completo los sacerdotes franceses. No parece exagerar. Entre 1965 y 2017, los curas diocesanos pasaron de 49.100 a 11.350. En 2018, dos terceras partes de las diócesis francesas no tuvieron seminaristas y solo se ordenaron 114, un 20% de…