Ha llovido mucho desde que la UE aprobó su PEC a finales de los años noventa y en un clima bien distinto al actual. El euro estaba por nacer, la avalancha democratizadora de los países comunistas, incluido Rusia, parecía no tener vuelta atrás y la competición global con China estaba por despuntar. La UE tenía 15 Estados.
Pocos dudan de que la Unión surgida tras la pandemia –que resiste una enorme presión energética y económica a raíz de la guerra en Ucrania, y está decidida a fortalecer su industria y su competitividad– pueda ser gobernada por el viejo pacto. Las cuentas públicas están fuertemente endeudadas (en el caso de Italia, por ejemplo, la deuda pública ronda el 145% de su PIB; en España el 113%) porque la espiral de gasto público tuvo que dispararse para hacer frente al shock económico del virus y recientemente a la crisis energética.
En este…