Pasada más de una semana de unos de los mayores shocks políticos vividos en la Unión Europea, a raíz del resultado de las elecciones italianas, se van asentando algunas ideas sobre el espacio que una nueva Italia gobernada por la ultraderechista Giorgia Meloni puede ocupar en Bruselas. Se da por seguro un giro en las alianzas naturales que durante décadas los gobiernos italianos de distinto signo han ido cosechando en el continente, mientras se acumulan los interrogantes sobre una hipotética agenda económica que podría generar choques e inquietudes entre aliados tradicionales y mercados en un momento muy sensible para la UE.
Es verdad que la extrema derecha ya ha gobernado Italia no hace mucho. Matteo Salvini, líder de la Liga, e inequívocamente situado en el extremo del tablero político, ha participado en dos coaliciones de gobierno, primero capitaneado por Giuseppe Conte y después por Mario Draghi. Pero ahora…