El reciente naufragio de una embarcación en el sur de Grecia, donde al menos 79 personas han perdido la vida, ha vuelto a poner sobre la mesa el gravísimo problema humanitario que tiene la UE en su frontera sur, con un Mediterráneo que separa dos bloques geográficos y unos niveles de desarrollo y estándares de vida abismalmente distintos. Todavía no están claros todos los detalles del naufragio, pero en la embarcación, procedente de Libia, viajaban unas 750 personas. Algunas fuentes apuntan a un número más reducido, unas 400. En todo caso, se trata de uno de los peores naufragios vividos en el Mediterráneo en los últimos años, evocando los peores momentos de la crisis migratoria de 2015. El número de rescatados con vida supera los 100. El primer ministro griego en funciones, Ioannis Sarmas, ha declarado tres días de luto oficial.
La tragedia ha ocurrido días después de que…