A pesar del peso de la geografía, de la historia compartida y de los muchos intereses comunes entre España y Portugal, su acción estratégica conjunta en el seno de la Unión Europea se encuentra por debajo de su potencial. Y en una Europa cada vez más organizada en torno a ejes intergubernamentales, Madrid y Lisboa podrían ganar mucho si actuaran realmente unidos.
La crisis política abierta en Portugal en las últimas semanas ha puesto la atención de los observadores europeos de nuevo sobre el país luso. Desde España, se sigue con especial interés la disolución del Parlamento a propuesta del presidente, Marcelo Rebelo de Sousa. Hace dos semanas, la Asamblea portuguesa rechazó la ley presupuestaria presentada por el gobierno socialista del primer ministro António Costa, debido a la incapacidad del ejecutivo para lograr apoyos en las fuerzas de izquierda.
Los desafíos de la gobernanza portuguesa evocan tambaleos anteriores en la…