Es difícil pensar en un año que haya supuesto una mayor transformación para la Unión Europea como este 2022. La invasión Rusia de Ucrania ha hecho tambalear los cimientos de la seguridad del continente construidos tras la Segunda Guerra Mundial. La guerra ha propiciado cambios de calado en el seno de la UE que marcarán en gran medida este 2023.
La Alianza Atlántica parece tener ahora una salud vigorosa. ¿Quién recuerda ya las palabras del presidente francés, Emmanuel Macron, cuando dijo que la OTAN se encontraba en “muerte cerebral”? Finlandia y Suecia han cambiado una posición de neutralidad firmemente anclada en décadas de pacifismo y han solicitado sumarse a la OTAN. Alemania, a veces a regañadientes, y sin la determinación que sus aliados quisieran, ha iniciado un Zeitenwende, un cambio de rumbo en su concepción de la acción exterior y de la defensa. Incluso las disputas entre Londres…