El rumor y las señales son cada vez más intensos: Israel y Arabia Saudí avanzan hacia una plena normalización de relaciones. Si, por un lado, el príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salman, afirmaba recientemente que “cada día estamos más cerca”, por otro, son ya dos los ministros israelíes (de Turismo y de Comunicaciones) los que han efectuado una visita pública a Riad en el marco de sendas conferencias internacionales. Por su parte, Washington está empujando de manera muy directa el proceso, con el propio secretario de Estado, Antony Blinken, afirmando que constituye “un interés de seguridad nacional”. El contrapunto pesimista a tanto aparente entusiasmo lo ponen los palestinos, conscientes de su propia debilidad para ser escuchados en este nuevo intento por reordenar la región y temerosos de que esto sea el fin de su sueño político.
Por lo que respecta a Estados Unidos, ya nadie parece reparar en los desmanes…