Es notable el contraste entre los planteamientos exteriores de Turquía de hace apenas una década, con su política de “cero problemas con los vecinos”, y los actuales, que cabría definir como “todos los problemas con todos los vecinos”. En una huida hacia adelante que la ha alejado cada vez más de la Unión Europea y acercado peligrosamente a Rusia, aunque trata de mantener una posición oficial de neutralidad que le ha rendido algunos resultados como el acuerdo para desbloquear el suministro de cereales desde los puertos ucranianos, Ankara se afana por mejorar su posición en varios frentes. En todo caso, está todavía lejos de alcanzar su objetivo de ser reconocido como líder regional y estabilizar sus fronteras.
Así, mientras la posibilidad de formar parte de la UE es cada día más remota, Ankara vuelve a tensar la cuerda con Atenas. El punto de fricción en esta ocasión deriva de lo…