El movimiento anunciado en los últimos días, aunque muy esperado desde hace semanas, lanza un órdago directo a dos partidos políticos. El principal afectado es el abandonado por Wagenknecht. El legendario partido de la izquierda en Alemania, Die Linke, vive sus horas más bajas, rozando el límite del 5% necesario para acceder al Bundestag. Hasta nueve diputados del grupo –de momento– se han marchado con su carismática líder. La caída en picado de la formación parece probable.
El otro partido potencialmente más afectado está teóricamente en el lado opuesto del tablero político. Alternativa para Alemania (AfD), el partido de extrema derecha surgido a raíz de la crisis del euro y consolidado como influyente fuerza parlamentaria –lidera la oposición en el Bundestag– podría perder miles de votos ante la nueva fuerza política.
No es difícil imaginar porque este nuevo partido puede rascar votos ultras. Además de enarbolar la defensa de los…