Taiwán ya llevaba dos legislaturas seguidas bajo el liderazgo del PDP (Partido Democrático Progresista) y Lai ocupaba el cargo de vicepresidente desde mayo de 2020. Su victoria en las elecciones presidenciales ha sido clara, con un 40% de los votos, dejando a Hou Yu-ih, líder del Partido Nacionalista de China (más conocido como Kuomintang, KMT) a siete puntos de distancia, y a Ko Wen-je, cabeza del PPT (Partido Popular de Taiwán), a 14. Tanto su trayectoria como su campaña electoral apuntan a que optará por el continuismo tanto en su política de perfil progresista como en su relación con China.

En todo caso, de ningún modo tiene el camino despejado, dado que su partido ha perdido la mayoría que ostentaba hasta ahora, logrando tan solo 51 de los 113 escaños del parlamento unicameral, mientras que el KMT ha conseguido 52. Esto hace que la primera asignatura que Lai tiene pendiente es convencer al PPT (que ha logrado ocho escaños) para llegar a algún acuerdo de legislatura, sabiendo que dicho partido se define básicamente por su pragmatismo y que también va a ser tentado por el KMT para unir fuerzas como oposición. Y luego todavía le queda convencer a sus conciudadanos –especialmente a los más jóvenes, que parecen encontrar más atractivo al centrista PPT– de que el pésimo balance en la gestión económica de estos últimos años –factor fundamental en la caída de apoyo electoral, desde el 57% cosechado en las anteriores elecciones – es cosa del pasado.

Conviene recordar que la línea divisoria entre estas tres fuerzas no es muy marcada, puesto que, aunque el PDP se suele definir como más alejado de las pretensiones unificadoras de Pekín, ninguno de los otros dos partidos se ha abanderado de dicha unificación. Seguramente, todos ellos tienen en cuenta que, según…