En 1960, Norbert Wiener, fundador de la cibernética, advirtió de la posibilidad de un mundo donde las máquinas podrían aprender y desobedecer las instrucciones de sus programadores. Como aprendices de brujo, escribió en un famoso ensayo, podían desatar fuerzas que no lograrían controlar. 

La inteligencia artificial (IA) ha puesto ese futuro distópico más cerca que nunca. En 2012, la empresa inglesa DeepMind recaudó 23 millones de dólares para financiar sus investigaciones en IA. En lo que va de año, ocho compañías y startups del sector han recibido inversiones por valor de 20.000 millones de dólares. Robert Oppenheimer, padre de la bomba atómica, decía que las nuevas tecnologías aparecen porque “son posibles”: su propia factibilidad las hace inevitables.

Y también sus riesgos. En agosto de 2022, AI Impacts publicó una encuesta entre 700 investigadores sobre sus previsiones y expectativas del sector. Un 48% dijo que había al menos un 10% de…