Si se atiende a los últimos movimientos militares realizados por China y Estados Unidos en torno a Taiwán, sin que sea posible determinar quién dio el primer paso en un contexto de tensiones históricas, cabría concluir que el choque militar directo está a la vuelta de la esquina. Para China, Taiwán es una pieza clave en su intento de lograr la unificación definitiva del país (Hong Kong incluido) bajo el liderazgo del Partido Comunista Chino (PCCh). Para EEUU, por el contrario, en la antigua Formosa no hay ningún interés vital en juego, pero sí un instrumento útil en su intento de contener la expansión de alguien a quien percibe como su principal rival por la hegemonía mundial. Una visión más global, sin embargo, indica que ninguna de las dos potencias apuesta hoy por la guerra.
No obstante, las señales en la dirección contraria se suceden. En lo que va de…