El último año ha sido de gran tensión en Sri Lanka. El país ha vivido su mayor crisis económica y política desde su independencia del Imperio británico en 1948 como consecuencia del aumento durante décadas de la deuda externa. Durante algo más de 10 años, desde principios del siglo XXI hasta casi la pandemia del Covid-19, creció rápidamente, convirtiéndose en una de las regiones prometedoras del sureste asiático. En buena medida, el impulso crediticio llegó desde China, que vio en esta isla vecina de India una posición estratégica. Y así lo sigue siendo en la actualidad.
Sri Lanka entró en impago de la deuda externa en 2022 y hasta las últimas semanas no ha sido capaz de conseguir un acuerdo de reestructuración con sus acreedores. En total, su deuda externa alcanza los 47.000 millones de dólares, de los que algo más de la mitad son préstamos concedidos por China (el…