El sexenio de AMLO, como le conocen todos, ha sido el de mayor respaldo popular desde el de Lázaro Cárdenas (1934-1940). Desde su elección en 2018 con el 53% del voto, su apoyo nunca había caído por debajo del 60%. Su antecesor, Enrique Peña Nieto, terminó con el 20%.

Sheinbaum ha roto barreras que durante 200 años habían sido infranqueables para las mexicanas, que lograron el derecho al voto en 1953. Hoy son la mitad de las congresistas y gobiernan nueve de las 32 estados del país, 24 en manos de Morena.

Desde sus días de activista estudiantil en la UNAM y Berkeley (California), donde se doctoró como científica medioambiental, Sheinbaum ha ido acumulando logros académicos y políticos, entre ellos haber sido integrante del grupo de expertos sobre el cambio climático de la ONU que recibió el premio Nobel de la Paz en 2007.

Al frente del gobierno de la capital –que alberga a 20 millones personas en su zona metropolitana– logró reducir a la mitad la tasa de homicidios ampliando las capacidades de vigilancia y del cuerpo nacional de policía.

Su prestigio como administradora ayudó a ganar a su sucesora, Clara Brugada (51,9%). Muchos mexicanos la votaron con la esperanza de que replicase su éxito en la capital en el resto del país. Desde 2018, según datos oficiales, se han registrado unas 171.000 muertes violentas (23 homicidios por 100.000 habitantes, una tasa cinco veces mayor que la de EEUU) frente a los 157.000 del sexenio anterior. El 90% de los crímenes están impunes. 

Desde 2019 el gasto militar se ha duplicado, hasta los 18.600 millones de dólares, tres veces más que el presupuesto de salud. Sheinbaum sostiene que México no está militarizado, pero ha sugerido que podría revisar la implicación del ejército en las empresas públicas.

Para equilibrar…