La acción coordinada y contundente de Occidente a la invasión de Ucrania por parte de Moscú ha dejado la economía rusa al borde del colapso. El país puede resistir un tiempo, pero está abocado al desastre. El Kremlin estudia medidas para contener la crisis galopante que se le viene encima con el objetivo de minimizar los daños, porque evitarlos es imposible. Por el momento, Europa ha dejado una vía de oxígeno: la compra de petróleo y gas. Las sanciones son contundentes, pero la Unión Europea ha evitado pegarse un tiro en el pie.
Este es el motivo por el que dos de los principales bancos del país, Sberbank y Gazprombank –primero y tercero, respectivamente– no han sido excluidos de la plataforma SWIFT, ya que son los que gestionan los pagos para la compra de las materias primas energéticas.
La respuesta más contundente que podría dar el Kremlin a…