La UE había previsto reducir a la mitad el uso de estos productos químicos para el año 2030 como parte del Pacto Verde, que tiene como objetivo abordar el cambio climático. Su propuesta también incluía una prohibición del uso de pesticidas en áreas como parques públicos y jardines, escuelas y campos deportivos. El plan ya había enfrentado problemas y fue rechazado por el Parlamento Europeo en noviembre.

La medida representa otro giro de 180 grados para la Comisión, que había puesto la reducción del uso de pesticidas sintéticos, en medio de pruebas crecientes de que son dañinos para el medioambiente y la salud humana, en el centro de su plan para alejarse de un modelo agrícola industrial.

Las últimas semanas las protestas de agricultores en muchos países de Europa han tomado especial intensidad. El sector expresa su descontento por las políticas de la UE que abren la puerta a productos agrícolas de terceros países. El acuerdo con Mercosur, a las puertas de su firma, se enfrenta ahora por enésima vez a nuevas incógnitas tras la protesta agrícola.

Algunas de las mayores manifestaciones han tenido lugar en Alemania, motivadas por un recorte en los subsidios al diésel. Bruselas ha recibido llamados de grupos industriales y algunos partidos políticos para establecer una nueva hoja de ruta climática para 2040 que no despierte malestar en los sectores clave.

En Francia las protestas han generado una presión elevada sobre el gobierno. El recién nombrado primer ministro Gabriel Attal cedió a las demandas de los agricultores en un intento de “responder a sus expectativas”. Ordenó una pausa en las nuevas prohibiciones de pesticidas, dio marcha atrás en un aumento de precios en el combustible para tractores y se comprometió a no ir más allá de lo que la ley de la UE requiere en restricciones…