Hace apenas unos meses las portadas de los periódicos se llenaron con frases trágicas sobre el golpe del Brexit al comercio entre Reino Unido y la UE. La cifra de enero era escandalosa y dio pie a todo tipo de titulares tremendistas. Por primera vez en la historia las exportaciones británicas hacia suelo comunitario sufrían un desplome del 60% y las importaciones, un 26% respecto al mes de enero anterior.
Se trata de datos inusuales que marcarán un hito histórico difícil de batir. Sin embargo, de ahí a considerar que ese será el resultado permanente del Brexit hay un salto insalvable. Pero este argumento requiere una importante argumentación.
El primer punto se desprende de los datos del comercio de febrero. A lo largo del mes se produjo una aceleración clara de las compraventas entre los dos territorios. Las exportaciones de Reino Unido todavía están en niveles inusualmente bajos, un 34% inferiores a las de febrero de 2020. Pero en la UE se ha recuperado la normalidad, situándose un 14% por debajo del mismo mes del año anterior. Esta caída es achacable a la crisis producida por el coronavirus, ya que la comparación interanual toma como punto base febrero de 2020,…