El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, ha presentado la muy esperada Estrategia Integrada de Política Exterior y Defensa, las bases sobre las que el país aspira a redoblar su influencia en el mundo después del Brexit, con la meta de ir hacia una Gran Bretaña Global. Según Johnson, el documento, de un centenar de páginas, encapsula su giro estratégico más destacado desde el final de la guerra fría.
En síntesis, la estrategia señala a Rusia y en cierta medida también a China como las principales amenazas para la seguridad británica. Propone un fortalecimiento de las relaciones con Estados Unidos, además de un viraje “Indo-Pacífico” hacia la región donde “vive la mitad de la población y se genera el 40% del PIB mundial”. Las relaciones con la Unión Europea están despachadas en un capítulo donde destaca el potencial de cooperación con Francia y Alemania.
Lo más llamativo se refiere al ámbito de la defensa. La nueva estrategia apuesta por aumentar las capacidades nucleares, subiendo hasta un 40% el tope de ojivas nucleares del programa Trident (de 180 a 260). Este giro sorprendente –el desarme nuclear es objetivo y tendencia de las potencias nucleares legales desde el final de la…