Hay mucho en juego. Trump cree que la principal misión de MAGA (Make America great again) es enterrar por ignominioso el legado de presidentes débiles como Jimmy Carter. Le molesta sobre todo que dos puertos en los extremos del canal estén en manos de Hutchison Ports PPC, una naviera privada de Hong Kong que opera 53 puertos en 24 países, lo que le obliga a colaborar con las fuerzas de seguridad de la República Popular.
El Canal, por el que circula el 2,5% del comercio marítimo mundial, conecta a más de 1.900 puertos en 170 países. En 2024, el 52% de los buques tuvieron puertos de EEUU como origen o destino, llevando el 74% de la carga que atravesó el canal. China fue el segundo usuario (21%), seguido por Japón, Corea del Sur y Chile. En 2024, el canal, que representa el 6% del PIB panameño, aportó 2.470 millones de dólares. Desde 2000 van más de 28.000 millones, frente a los 1.878 millones de los 85 años bajo gestión de Washington.
Desde la pandemia, la Autoridad del Canal (ACP) ha subido las tarifas porque la sequía ha llevado a mínimos históricos el nivel del lago Gatún –su principal reserva hidrológica y que nutren las esclusas de la vía interoceánica–, obligándolo a reducir el tráfico y subastar las tarifas.
Muchos analistas, creen que Trump, utilizando el “método Corleone”, que aprendió negociando en el mercado inmobiliario neoyorquino, busca presionar al gobierno de José Raúl Mulino. Pretende que cierre el “tapón” del Darién, el tramo selvático que desde 2020 han cruzado casi un millón de personas y rebaje las tarifas a sus mercantes y buques de guerra, entre 100.000 y 300.000 dólares por tránsito, una fracción de lo que cobra el Canal de Suez.
Trump sabe que sus planes…