Europa enfrenta una crisis económica y social si no actúa con determinación. El expresidente del Banco Central Europeo (BCE) y ex primer ministro italiano, propone un ambicioso plan de inversiones de hasta 800 mil millones de euros al año para revertir el estancamiento económico, impulsar la productividad y asegurar la autosuficiencia en sectores clave.
Las razones de peso por las que la UE no puede permanecer de brazos cruzados son evidentes. La primera es la caída de la productividad, sobre todo vinculada a la falta de pujanza del sector tecnológico. Solo cuatro de las 50 mayores empresas tecnológicas del mundo son europeas y el 30 % de las startups de la UE que han crecido hasta alcanzar un valor superior a los 1.000 millones de euros, conocidas como unicornios, se han trasladado al extranjero, principalmente para cotizar en los mercados de valores de Estados Unidos.
Se ha abierto una amplia brecha en el PIB entre la Unión Europea y Estados Unidos. Los hogares a este lado del Atlántico están pagando un alto precio en relación a los niveles de vida perdidos. En términos per cápita, el ingreso disponible real ha crecido casi el doble en EEUU que en la UE desde el año 2000, alerta Draghi.
El documento también pone en relieve la creciente brecha entre Europa y otras potencias mundiales como China. Mientras estos países han aumentado significativamente su inversión en sectores clave como tecnología y defensa, Europa ha permanecido rezagada, lo que amenaza su capacidad de competir a nivel global y su autonomía estratégica.
El informe de Draghi incluye 170 recomendaciones dirigidas a los líderes europeos, destacando la necesidad de una inversión masiva tanto pública como privada para revertir el deterioro económico del continente. Destacan las propuestas sobre el aumento de la inversión en digitalización, defensa y tecnología…