El Kremlin no ha querido mantener la pantomima hasta el final y por eso, tras negar su implicación en la muerte de Prigozhin y expresar sus condolencias a la familia, ha optado por enterrarlo de manera casi clandestina en lugar de hacerlo en el panteón de los Defensores de la Patria, como le correspondía en función de los méritos que el propio Putin le había reconocido oficialmente. Aunque de momento su muerte y la del resto de dirigentes del grupo mercenario Wagner el pasado 22 de agosto solo haya sido confirmada por fuentes rusas, está claro que se abre una nueva etapa en la que queda por definir cuál será el papel de la entidad empresarial que se había destacado como la más fiel y operativa al servicio del mandatario ruso desde su creación en 2013.
A la luz de tantos macabros precedentes con quienes se han atrevido a cuestionar…