El caso de Israel, que tras vacunar al 55% de su población ha reducido de modo drástico su tasa de hospitalizaciones recuperando cierta normalidad, permite vislumbrar el futuro pospandémico y lo que probablemente ocurrirá con la interconectividad global y el turismo internacional. Como su único punto de acceso es hoy el aeropuerto Ben Gurión de Tel Aviv, el país es una burbuja que solo irá entreabriendo sus puertas a viajeros con algún tipo de pasaporte de vacunación como los que la Unión Europea y China van a emitir.
La pandemia ha sido devastadora para el turismo. Según la OCDE, el sector cayó un 80% en el mundo en 2020. La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), por su parte, calcula que el tráfico aéreo se redujo un 65,9%, la mayor caída de la historia de la aviación. Las aerolíneas perdieron 118.500 millones de dólares (60%) debido al descenso del 75% de los vuelos internacionales y del 49% de los nacionales.
En 2020 se registraron 381 millones de llegadas internacionales frente a los 1.461 millones de 2019, un 74% menos. La Organización Mundial del Turismo calcula que el desplome provocó pérdidas al sector de 1,2 billones de dólares en exportaciones de…