La escena política pakistaní ha saltado de nuevo por los aires. El Tribunal Supremo del país acaba de declarar inconstitucional el intento de Khan, de disolver el Parlamento y convocar elecciones para evitar la moción de censura presentada por la coalición opositora, y que con mucha probabilidad podría expulsarlo del gobierno. En un país tradicionalmente gobernado bajo elementos tanto democráticos como autoritarios, ningún primer ministro ha sido capaz de completar su mandato.
El 3 de abril el vicepresidente de la Asamblea Nacional, Qasim Suri, decidió no dar curso a la moción de censura que él mismo había admitido a trámite en marzo. Como resultado, no solo dicha moción no pudo someterse a la votación prevista el día 4, sino que, con el aval del presidente, Arif Alvi, se había disuelto el Parlamento y puesto en marcha el proceso para convocar elecciones en un plazo de 90 días, maniobra calificada por…