La imagen de la OTAN se ha transformado de forma radical en apenas un año. Diagnosticada de “muerte cerebral” por Emmanuel Macron, despreciada por Donald Trump y malparada tras la retirada de Afganistán, la Alianza se encontraba hace tan solo unos meses camino de la irrelevancia, entre llamadas a la autonomía estratégica de la Unión Europea y el giro de los asuntos mundiales derivado de la creciente tensión entre China y Estados Unidos. Hoy, sin embargo, se apresta a celebrar una Cumbre en Madrid (29-30 de junio), en la que aprobará su nuevo Concepto Estratégico y donde Finlandia y Suecia llamarán a sus puertas, con savia nueva corriendo por sus venas.
El factor más relevante que explica el cambio es la invasión rusa de Ucrania. En realidad, llueve sobre mojado, puesto que Helsinki y Estocolmo llevan tiempo percibiendo la presión de Moscú, visibilizada con frecuentes sobrevuelos militares sobre sus respectivos…