Si no hubiera sido por la guerra en Ucrania, no cabe duda de que el asunto estrella de la reciente Cumbre de la OTAN en Madrid habría sido China. Así venía ya marcado desde hace tiempo, con Estados Unidos tratando de convencer a sus aliados europeos de que el Imperio del Centro representa hoy la principal amenaza –aunque oficialmente todavía no emplea esa palabra– a los valores, la seguridad y los intereses de la Alianza Atlántica.
En su primer viaje al continente europeo como presidente, en la primavera de 2021, Joe Biden ya dejó claro, tanto en su reunión con los líderes del G7 como con los de la Unión Europea y la OTAN, que China se había convertido en la máxima prioridad para EEUU y que demandaba una significativa contribución de todos sus interlocutores para hacerle frente. En realidad, tan solo venía a reforzar lo que, desde la época…