INFORME SEMANAL DE POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 1349

Órdago antioccidental

La salida de Níger y Burkina Faso del G5 Sahel, al igual que ya hiciera Malí, supone un golpe más a la estrategia de Francia –y la Unión Europea– en la región, una previsible mayor inestabilidad, además de una buena noticia para Rusia y China, al dejar claro el giro de las alianzas que pretenden establecer las nuevas juntas militares.

Como una señal inequívoca de su voluntad de distanciarse de Occidente, similar a la que ya mostraron los golpistas de Malí, las autoridades de Níger y Burkina Faso anunciaron conjuntamente el 3 de diciembre la decisión de retirarse de la iniciativa G5 Sahel. Consideran que permanecer sería incompatible con su “independencia y dignidad”. Con ese paso se completa, de hecho, el fin de un proyecto que nació en 2014 como resultado del convencimiento de los gobiernos de Burkina Faso, Chad, Malí, Mauritania y Níger de la necesidad de unir fuerzas para implementar un enfoque integral y garantizar las condiciones de paz, desarrollo, seguridad y gobernanza. A esto se le añadió una fuerza conjunta creada en 2017 que coordinaba la lucha contraterrorista, en un intento por frenar la expansión de los grupos armados que amenazan gravemente la seguridad regional. Una iniciativa, en todo caso, que no ha logrado cumplir ninguno de…

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