INFORME SEMANAL DE POLÍTICA EXTERIOR  >   NÚMERO 1384

Nicaragua, ¿eslabón débil?

45 años después de la revolución sandinista que derrocó a la dictadura dinástica de los Somoza, Nicaragua es un caso de manual sobre cómo un sistema democrático, socavado desde dentro, puede terminar convirtiéndose en un Estado policial y autocrático por su omnímodo control de los poderes del Estado.

Las detenciones arbitrarias de opositores, la supresión de medios independientes, el fraude electoral y la militarización son algunos de los rasgos que comparten Nicolás Maduro y Daniel Ortega, ambos discípulos aventajados de Fidel Castro como antiguos alumnos de la Escuela de Formación Política del Partido Comunista cubano.

Mientras que en la reciente reunión en Caracas del ALBA –el bloque de países que crearon Hugo Chávez y Fidel Castro en 2004– Miguel Díaz-Canel optó por un discreto segundo plano, Ortega, adelantó por la izquierda a sus maestros cubanos tildando a Lula da Silva y a Gustavo Petro de “arrastrados” y acusándolos de competir por ganarse el favor de Washington al no reconocer la victoria de Maduro.

Lula, que dice que en Venezuela no hay una dictadura sino “un régimen muy desagradable”, ha preferido guardar silencio para no echar sal en las heridas y abrir aun más la brecha entre la izquierda “rosa y vegetariana” de Brasilia, Bogotá y Santiago y la “carnívora y depredadora” de La Habana, Managua y Caracas, en palabras de Vargas Llosa.

Cuando comenzó su tercer mandato, Lula intentó relanzar las relaciones con Managua asumiendo una actitud “constructiva”, como la llamó su canciller, Mauro Vieira. En 2023, Brasil se ofreció a recibir a 300 deportados nicaragüenses. No le sirvió de nada. Ortega no respondió a ninguna de sus llamadas, reveló después el propio Lula. Su embajador en Managua, Breno da Souza, fue declarado non grato tras rechazar una invitación para participar en las celebraciones del 45 aniversario de la revolución sandinista. En respuesta, Brasil expulsó a la embajadora nicaragüense, Patricia Castro.

En su cuenta de X, Gustavo Petro replicó a Ortega que “al menos no arrastro los derechos humanos del pueblo de mi país y menos los de mis compañeros de armas y lucha…

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