En 2022, el 80% de los vehículos vendidos en Noruega ya fueron eléctricos, lo que permitirá al país escandinavo alcanzar su objetivo de quitar de la circulación a los automóviles convencionales en 2025. La red eléctrica noruega ha soportado la presión; en Oslo las emisiones de gases de carbono han caído a la mitad y la ciudad es mucho más silenciosa que antes. Dado que el transporte supone el 14% de las emisiones globales, el caso de Noruega es alentador sobre los beneficios de la transición energética. Los problemas provienen de la oferta de los minerales estratégicos que requiere.
Para producir energías renovables se necesitan decenas de minerales, casi todos escasos en la corteza terrestre. En promedio, un vehículo eléctrico requiere seis veces más minerales, por peso, que uno de combustión interna.
En 2018, el US Geological Survey publicó por primera vez una lista de los minerales que exigiría la…