El acuerdo es la antesala al pacto medioambiental más importante desde la firma del Acuerdo de París de 2015. En medio de una nueva guerra en Europa, su concreción enviaría además una importante señal de la voluntad –y capacidad– de la comunidad internacional para actuar en asuntos de interés común.
En 2020, en el marco de la Convención de Basilea, más de 180 países ya acordaron restringir las exportaciones de residuos plásticos hacia países pobres. Ruanda, por ejemplo, ha prohibido la importación, producción, uso o ventas de bolsas de plástico, que terminan la mayoría de las veces en corrientes de agua y alcantarillas. En varios países latinoamericanos, con precarios sistemas de recogida y reciclaje de basura, el plástico acaba en vertederos clandestinos o en las cunetas, lo que explica que la iniciativa del acuerdo de la ONU en Nairobi partiera de Perú y Ruanda.
En el desierto chileno de Atacama,…