Populares, socialistas y liberales sellaron un acuerdo en el Parlamento Europeo la semana pasada para dar el visto bueno al equipo de comisarios de von der Leyen, con un papel destacado para la española Teresa Ribera como vicepresidente ejecutiva con el importante dossier de competencia bajo el brazo, y un significativo ascenso del italiano Rafaele Fitto, del partido de Giorgia Meloni, llamado a ser también vicepresidente ejecutivo.
El pacto ha surgido tras una semana y media de complicadas negociaciones, con una creciente desconfianza entre los dos grandes grupos – socialistas y populares – y con la llegada inminente de Donald Trump a la Casa Blanca como gran elemento de presión para poner en marcha el ejecutivo europeo cuanto antes.
Desde el mes de septiembre, von der Leyen ha trabajado para dividir las áreas de trabajo entre los 26 comisarios propuestos por los Estados (uno por cada país perteneciente a la UE, y ella como comisaria alemana). En el liderazgo del nuevo equipo destacan seis vicepresidentes ejecutivos.
Además de Ribera, los otros cinco vicepresidentes ejecutivos serán la estonia Kaja Kallas, encargada de la política exterior y la seguridad, la rumana Roxana Minzatu, encargada de personas, capacidades y preparación, el francés Stéphane Séjourné, al frente del área de prosperidad y estrategia industrial, la finlandesa Henna Virkkuen, al cargo de soberanía tecnológica, seguridad y democracia, y el italiano Raffaele Fitto, al frente cohesión y reformas. La elección de este último para ser parte de la cúpula del nuevo ejecutivo ha generado resquemor en las formaciones progresistas.
El nombramiento de Fitto, del partido de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, cuya formación está a la derecha del Partido Popular Europeo y no forma parte de los tres grupos que han firmado el acuerdo, ha generado un gran malestar…